CRÍTICA

'Taboo' 1x06 Crítica: Por fin llega la sangre al río

El mejor episodio en lo que llevamos de temporada: ritmo, sangre, giros y un futuro descorazonador para nuestro protagonista.

Por Xose Llosa 12 de Febrero 2017 | 12:54

Este artículo contiene spoilers de 'Taboo'.

El mejor capítulo en lo que llevamos de temporada de 'Taboo'. El mejor. Muere, por fin, Thorne Geary. ¡Por fin! Muere, además, a manos de su esposa Zilpha, a la que vejó y maltrató sistemáticamente desde el inicio de la serie. Con la frialdad que requería el momento, y en lo oscuro de la noche londinense, una aguja de tejer se abrió paso entre las costillas de Thorne regalando a un servidor, un baile de éxtasis que llevaba semanas esperando. Cuando en el episodio quinto el duelo de James y el cuñadísimo Geary se saldó en tablas, un escalofrío recorrió mi espalda. Pero, por fin, las cosas ya están en su lugar.

Había llegado un momento en la serie en el que Thorne sólo estaba presente en la ficción para "ser malo". No tenía ningún papel más allá que atormentar a los Delaney a cada paso, actuar como un patético soberbio, y ensimismarse cada vez más en la repulsa que causaba en cada escena que protagonizaba. Lo mejor de todo es que siempre habíamos visto a Thorne como un hombre atormentado y frustrado, uno al que no le salían bien ninguno de sus planes de alta sociedad británica. Sin embargo, justo antes de que Zilpha le arrebatara la vida había entrado en frenesí al descubrir que tenía un puesto de trabajo en Australia. El hecho de que antes de morir hubiese tenido un golpe de suerte, alimenta de una forma perversa mi yo más sádico.

Esto no es más que el principio

Esta trama, que es la más rotunda de todo el episodio, nos la regalan en la primera parte del capítulo, porque no es más que el principio de todo lo que ha dado de sí la hora de serie. Mientras Zilpha mataba a su esposo, el Rey y la Compañía siguen en una guerra abierta, cada vez más rotunda, cada vez más descarada, y cada vez más beneficiosa para James Delaney. La Compañía sabe que el elemento que está desestabilizando sus relaciones con la corona es el heredero Delaney, por lo que el movimiento es intentar hundirle una vez más. Un chivatazo hace llevar a la Compañía al laboratorio de pólvora clandestino de Delaney, pero la voz de alarma alerta a Hardy que logra salir airoso por enésima vez. Sin embargo, aquí llegamos a un punto en el que toca detenerse.

Cuando Godfrey, el plumilla de la Compañía, cierra el acta en el que se desvela la información sobre el laboratorio clandestino, corre a contárselo a James, pero James ya está al corriente. ¿Cómo lo sabe James de antemano? ¿Cómo? Si no me he perdido nada, no tenía forma de saberlo previamente, por lo que habría tres opciones: la primera de ellas es que alguien viese al viejo confesar la existencia del laboratorio al cura; la segunda de ellas es que la brujería haya dado la respuesta a James -aunque esta opción me parece demasiado fácil-, la tercera opción es que en las altas esferas de la Compañía haya otro confidente de Hardy. Hay una cuarta opción, a mayores, que es que nunca se llegue a dar respuesta a esta pregunta, porque la serie está plagada de deus ex machina pobremente explicados, y nada impide que este se convirtiese en uno más.

James se sale con la suya en este momento, pero la Compañía ha perdido la paciencia y las formas, la guerra está declarada, y el primer ataque firme es que el barco de James Delaney acaba volando por los aires. Todo mientras la vida psicológica de Hardy se desmorona. obsesionado con su madre, y con la idea de que le trató de ahogar en el río cuando sólo era un bebé. James está perdiendo la cabeza. Los planes de James Delaney vienen de cara, aún en la peor de las situaciones, pero el destino de nuestro protagonista tiene que ser fatal de necesidad.

Nos leemos la semana próxima con el penúltimo episodio de 'Taboo'. ¡No faltéis!