TIGREX YA NO INTIMIDA, INTIMA

'Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin', un dulce descanso para la caza

Nos adentramos en 'Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin' para desvelaros algunos de sus secretos. Ya iba siendo hora un descanso después de tanta caza.

Por Oscar Martinez 7 de Julio 2021 | 18:59

El tiempo y la experiencia en la prensa del videojuego me ha demostrado que las pretensiones nunca son buenas compañeras. Cuando 'Monster Hunter Stories' nos visitó en Nintendo 3DS yo estaba ocupado en otros trabajos. Al fin y al cabo era otro spin off que acompañaba la amansada llegada de la saga a las consolas de Nintendo. Una entrega pasada por el filtro de la gente de Kioto para afianzar las posibilidades de una franquicia que ya gozaba de éxito en Japón pero que todavía cojeaba en su expedición en Occidente.

Ahora, tras dos maremotos como han sido 'Monster Hunter World' y su sucesor, 'Monster Hunter Rise' —tres si contamos la trepidante escalada que proponía 'Iceborne'—, siento que necesito un descanso. Incluso con todas sus innovaciones, todos esos cambios que han hecho que la revolución de 'Unite' quede en un simple borrón, al final del día todo lo que hago es cazar. Es un momento perfecto para abrazar ese cambio.

El cambio que necesitaba la saga

Supongo que las mismas pretensiones que me alejaron del título original me llevan ahora hasta la orilla de 'Wings of Ruin'. Su estética ofrece algo totalmente diferente. Es una entrada amigable, enternecedora. Incluso con una cinemática tan llamativa como la que ofrece el título, la llegada a Mahana es un remanso de paz. La simple idea de que el rol de cazador sea algo ajeno. Que ahora lo nuestro no sea despachar enemigos, sino tender lazos con ellos.

Al final todo se resume en volver a la idea de Satoshi Taijiri, a ese espíritu infantil que tanto ha marcado el RPG con 'Pokémon'. Un espíritu incansable, que sigue aportando tanto como puede y, en este caso, dando como frutos un extraño y simpático resultado donde las pokéballs se convierten en huevos y los monstruos de bolsillos se intercambian por muchos de los monstruos clásicos de la saga de Capcom. El parecido está ahí, desde luego, pero la realidad lo desmarca de la comparativa y le brinda una faceta única y personal.

Sin ir más lejos, en 'Wings of Ruin' no dirigimos batallas entre monstruos, sino que formamos parte de ellas. Nuestro acompañante, el monstie, combate por nosotros, pero siempre a nuestro lado, nunca como herramienta. Es una idea original y fresca, no solo a nivel emocional, sino también como mecánica, ya que el componente RPG se adhiere con precisión a la fórmula y convierte nuestros lazos en una clásica party donde el aprendizaje y la colaboración forman parte intrínseca del desarrollo.

Más fuerte que nunca

Y es que 'Monster Hunter Stories 2' sorprende. Desde luego que sorprende. El juego teje toda una red de sistemas que se aplican a su mundo y a sus enfrentamientos. Traza un arco cercano a 'Fire Emblem', tomando su triángulo de armas y mimetizando sus propios conceptos para dar luz a una dinámica fluida, donde cada decisión cuenta y cada acierto supone una ventaja.

No es solo que las armas tengan sus efectos en combate —por ejemplo, un arma contundente ayudará a derribar a un monstruo con capacidades de defensa—, sino que además contamos con el uso de habilidades propias y la posibilidad de rotar entre nuestros monsties para balancear el equilibrio de cada combate. Algo a lo que suma numerosos elementos de los títulos originales, como el hecho de poder romper partes de monstruos, conseguir objetos al derribarlos y, sobre todo, montarlos.

Es pronto para sacar conclusiones pero 'Monster Hunter Stories 2' tiene todos los puntos para convertirse en esa nueva vertiente que la saga necesita para desanclarse de la rutina y abrazar nuevos puntos de vista donde extender las alas y mostrar hasta donde es capaz de llegar. El próximo 10 de julio tocará emprender un nuevo viaje. Y es que, si bien las últimas entregas de la franquicia han intentado poner un mayor peso en su narrativa, es en 'Wings of Ruin' donde el equipo creativo ha decidido poner toda la carne en el asador. Nuevos sistemas, nuevos compañeros y, sobre todo, nuevas formas de vivir la saga.