SHINJI MIKAMI

Impresiones de 'Ghostwire: Tokyo', primeros pasos por la capital de los espíritus y los perretes

La última obra de Shinji Mikami ('Resident Evil', 'Dino Crisis') nos traslada a la capital de Japón, con muchos espíritus inquietantes y también muchos animales que ayudar.

Por Rodrigo Aliende 14 de Marzo 2022 | 16:00

Tango Gameworks fue la casa propia que construyó Shinji Mikami (creador de la mítica saga de 'Resident Evil', entre otras) después de salir de Capcom y PlatinumGames -antiguamente Clover Studio-. Tango acabó siendo absorbida por ZeniMax Media, la cual fue comprada luego por Microsoft en una adquisición multimillonaria. Por lo tanto estamos en una situación muy similar a la de 'Deathloop' hace unos meses: los últimos pasos de un título de Tango en una consola de Sony.

Nosotros hemos podido jugar a los dos primeros capítulos de la versión final de 'Ghostwire: Tokyo' y vamos a dar nuestras impresiones iniciales. Han sido alrededor de cinco horas, aunque se puede hacer mucho más rápido, lo que pasa que es muy fácil perderse por las callejuelas de Tokio, recoger todo tipo de comida, rezar en santuarios, salvar espíritus o simplemente saltar de tejado en tejado. También han caído unas cuantas misiones secundarias y, al terminar, todavía quedaban muchas más.

La historia comienza en el icónico cruce de Shibuya, cuando una niebla está haciendo desaparecer a todos los humanos y nuestro protagonista es poseído por una presencia fantasmagórica que le otorga poderes para poder hacer frente a los enemigos a base de magia que expulsa por las manos.

El primer capítulo es completamente lineal, en el que nos van enseñando los conocimientos básicos para movernos por este mundo y sobrevivir en el intento. El sistema de combate se basa en lanzar magia y protegernos de los ataques enemigos. Empezamos con el elemento de aire y luego adquirimos otros como fuego o agua, cada uno con unas características diferentes que nos obligan a ir cambiando. También hemos tenido acceso a un arco, pero es más útil para acabar con las amenazas sin que se den cuenta y tampoco es que tenga una gran cantidad de flechas en el carcaj.

Por ahora, éste es el punto que nos ha dejado más frío de todo el conjunto. Los combates son más bonitos de ver (los efectos de luz de los hechizos son impresionantes, al igual que la forma de destruir los núcleos de los enemigos) que profundos. Al menos hasta donde hemos podido jugar le falta algo de complejidad para no hacerse repetitivo en las restantes horas que quedan de juego.

De la historia poco podemos decir porque pasa poco en las primeras horas y las misiones principales básicamente han consistido en ir hasta las puertas toriis, que aquí funcionan como las atalayas en 'Assassin's Creed' o los cuellilargos en 'Horizon'. Sólo sabemos que el villano lleva una máscara muy cool. Todo sea dicho, los enemigos también tienen unos diseños bastante chulos, basados en la cultura japonesa, como los salarymen o las maids. La forma en la que se mueven y reciben los impactos hace que el combate sea muy espectacular.

A la mitad del segundo capítulo, el mundo se vuelve un poco menos lineal y más abierto, pero todavía hay muchas restricciones excusadas en la mortalidad de la niebla que ha invadido la capital. La exploración está constantemente premiada con todo tipo de objetos para conseguir mayor experiencia y mejoras para nuestro protagonista: espíritus, templos, toriis, kappas... El tiempo que hemos pasado dando vueltas por Tokio es una gozada para cualquier aficionado a la cultura japonés, con multitud de coleccionables que profundizan en su idiosincrasia e historia, todo tipo de comida diferente para curarnos y multitud de criaturas mitológicas.

Conclusiones

Las primeras impresiones con 'Ghostwire: Tokyo' han sido positivas, especialmente gracias a su ambientación que nos permite meternos de lleno en la capital japonesa y explorar cada uno de sus rincones. Por ahora podemos valorar muy poco sobre la historia principal, que apenas acaba de empezar, aunque no hay nada ahora mismo que nos haya enganchado. Las misiones secundarias tienen que mejorar en los próximos capítulos si quieren que sigamos haciendo más. El sistema de combate, quizás algo falto de profundidad, es muy espectacular y divertido de jugar, sin contar con el diseño tan chulo de los enemigos. Sí que podemos asegurar a ciencia cierta una cosa: los fans de los animales van a disfrutar muchísimo con los perros y gatos callejeros, los tanukis perdidos y los nekomatas que regentan las tiendas de la región.