UN FINAL SIN FINAL

'Twin Peaks' 3x17-18: Nunca nos despertaremos del sueño

El final de la serie de David Lynch y Mark Frost nos deja con un regusto amargo y sin llegar a un final concreto.

Por Sandra Ramírez Cherbuy 8 de Septiembre 2017 | 01:00

Si digo que el final de 'Twin Peaks' ha sido como esperaba estaría mintiendo. Tampoco creía que la pareja Lynch/Frost tiraría por lo más sencillo, ni que le darían explicación a todo, pero lo que han hecho con el final de la serie deja muchas más puertas abiertas que las que se veían en el final de la segunda temporada.

 

Lo que parecía que todo iba a resolverse en el capítulo 17 se vuelve oscuro, experimental y sin explicación en el episodio 18. Después de ver que Naido es Diane, que Bob es derrotado por el puño de Freddie, que Dougie vuelve a reunirse con su familia y que el malvado Cooper era enviado a la Logia Negra sentimos una gran alegría por creer que todo había terminado bien, pero nos esperaba lo peor.

Y es que esto es lo que esperábamos el regreso de Cooper, por eso los capítulos de la temporada han recibido el nombre de 'The Return'. Todo lo anterior que hemos visto, aunque un poco metido con calzador a mi parecer, ha tenido que pasar para que el agente Cooper regresara y terminase con su aventura, o su sueño. O se quedase dentro de ese sueño.

 

Durante todo este tiempo al agente Cooper lo que más le había afectado fue ese caso, ese que después de 25 años lo había mantenido en vilo: el de Laura Palmer. Por eso, Cooper consigue durante un momento salvarla de su fatídico destino. Y es que la estancia de Cooper en la Logia lo ha hecho más consciente de ese mundo paranormal que habita con el mundo real, ahora puede manejarlo a través de la electricidad, pasar del pasado al futuro.

Durante un momento, creemos que Cooper ha conseguido salvar a Laura. Su cuerpo desaparece de la escena del crimen, pero ¿dónde ha ido? Esta fantasía se corta para dar lugar a la pesadilla, Laura desaparece de la mano de Copper y volvemos a una dimensión totalmente cambiada.

 

Allí, después de una escena de sexo aterradora (¿cuándo las escenas de sexo han sido bonitas para Lynch?) entre el nuevo Cooper, porque es otro, se nota en esa forma de mirar y hablar, y Diane. Este se despierta, solo, en otro motel, con la idea de buscar a Judy, ese ente que no conocemos, ni que vamos a conocer y que lo ha empezado todo. En la carretera descubrirá una cafetería llamada Judy, allí buscará a una camarera que le llevará hasta Laura Palmer, aunque no es la que conocemos. Ahora se llama Carrie Page. La llevará hasta Twin Peaks y veremos que nada es lo que parece. Allí hará la pregunta "¿Qué año es este?'', si recordamos Mike el manco le hace la misma pregunta: ''¿Es futuro o es pasado?" Nosotros tampoco lo sabemos.

 

Conclusión

Una temporada muy larga y en mi opinión muchas cosas de las que hemos visto sobraban, muchos personajes que han resultado inservibles y que han sido solo una pérdida de tiempo y un entretenimiento que nos ha impedido ir a lo esencial: el viaje de Cooper. No es el final que me esperaba, tampoco pensaba en ninguno en particular, pero esperaba que por lo menos con esta tercera temporada Lynch nos dejase descansar de este caso Blue Rose que nunca llegaremos a resolver. Pero como dijo Gordon Cole durante la temporada: "Albert, odio admitirlo pero no entiendo nada de esta situación". Y nosotros tampoco.