UNA TORRE EN EL NORTE

Análisis de 'Teslagrad 2' para PS5, a la velocidad de la luz

Analizamos la reciente secuela de un indie muy popular. Un más y mejor en algunos sentidos, un título con cierta identidad propia y, en algunas cosas, también un pequeño paso atrás. Te lo contamos todo sobre él.

Por Oriol Vall-llovera 5 de Junio 2023 | 14:15

Terminamos la semana pasada con un análisis de 'Teslagrad Remastered'. Y empezamos otra con un análisis de 'Teslagrad 2'. Nada casual, teniendo en cuenta que Rain Games y Modus Games anunciaron ambos juegos de forma simultánea. Ambos, además, también llegaron al mercado el mismo día y para las mismas plataformas: el pasado 19 de abril de 2023 para PS4, Xbox One, PS5, Xbox Series X/S, Nintendo Switch y PC. Sin duda, una excelente noticia la posibilidad de regresar a este mundo fascinante de 'Teslagrad'. Pero... ¿ha conseguido esta secuela el mismo impacto que el juego original en 2013? Como veréis a continuación, la propia polaridad tan importante en el juego, también sirve para responder a esa pregunta.

Buscando un punto intermedio

De entrada, ya os avanzamos que 'Teslagrad 2' se esfuerza mucho para intentar no caer en los errores habituales de las secuelas. Por un lado, tiene muy claro cuál es la seña de identidad de la IP, por lo que se mantiene fiel en algunos aspectos. Pero, por otro lado, también es consciente de que hay que innovar para no quedarse solo en el típico "más y mejor" que, con juegos de menos presupuesto, suele convertirse en aquellas frases de "podría ser perfectamente una expansión". Además, los tiempos han cambiado considerablemente. Y se nota que 'Teslagrad 2' también es un acercamiento al tipo de juegos indie que se lanzan actualmente, con un enfoque algo más centrado en el metroidvania tradicional.

Sin embargo, estos planteamientos tienen su lado positivo y su lado negativo. Algo así como la polaridad que tanta importancia tiene en 'Teslagrad'. Alguna de las novedades aporta elementos positivos que no estaban presentes en el original, incluido el punto más fuerte de la secuela: la velocidad. Pero también se pierden algunos de los puntos más fuertes de aquel indie, diluyéndose otros por el camino. Por ejemplo, pasa con una historia (o la forma de contarla), que ya no sorprende tanto. Y también pasa con un enfoque menor en los rompecabezas. A pesar de todo, es importante dejar claro desde el principio que 'Teslagrad 2' es un juego muy notable y una digna secuela. Un título que producirá sensaciones encontradas en comparación con el original, pero que difícilmente defraudará a los que quedaron enamorados del primero.

Steampunk. Ahora nórdico

A nivel argumental, esta secuela parece ser independiente al juego original. De hecho, sucede en un mundo "nuevo" y nosotros controlamos a una nueva protagonista. Pero nada más lejos de la realidad; la conexión entre ambos juegos acaba siendo evidente. Solo que todo eso lo iremos descubriendo a través de la narrativa visual, que repite en la secuela y que nos ofrece una historia interesante sin texto, narradores o pantallas de carga que interrumpan la experiencia. El juego nos pondrá en la piel de la joven teslamante Lumina, la cual sufre un accidente aéreo en Wyrmheim, un lugar remoto e inhóspito del norte.

Es ahí cuando emprenderemos una peligrosa aventura y exploraremos una inmensa torre abandonada que se alza sobre un valle de fiordos. Esto ya os suena más, ¿verdad? El caso es que, torre aparte, como habréis intuido ya, 'Teslagrad 2' sucede más al norte, con una ambientación igualmente steampunk, pero de estilo nórdico. Así pues, deberemos usar nuestros poderes electromagnéticos no solo para sortear trampas y avanzar, sino también para defendernos de los saqueadores vikingos que nos han atacado, así como para enfrentarnos a temibles bestias inspiradas en la mitología nórdica. A través de ese contexto, poco a poco iremos avanzando y revelaremos no solo los secretos de esa tierra, sino también los de nuestros propios ancestros.

Un mundo mucho más grande

La verdad es que la ambientación de 'Teslagrad 2' es buenísima. Algo en lo que también contribuye enormemente una banda sonora preciosa y acorde con el mundo del juego. De hecho, aquí dejamos atrás esa orquesta clásica con un toque de inspiración rusa y lo cambiamos por una banda sonora orquestral inspirada en la música popular de esas tierras nórdicas. Todo, manteniendo en común con el juego original el tema de las pistas eléctricas. Y, por supuesto, jugando a favor de la narrativa visual con una música que también nos cuenta historias del lugar. Todo eso se mantiene en la secuela y raya a un gran nivel.

Y hablando del mundo en sí, lo cierto es que este es mucho más grande que en el título original. Algo que, por otra parte, va ligado a la intención del estudio de crear un juego más enfocado al metroidvania. Nuevamente, el avance puede ser tan lineal como el jugador quiera. Pero esta vez se abren muchas más vías y caminos cada dos por tres. Por ejemplo, a través de un escenario principal que está interconectado con diferentes zonas secundarias. Esas zonas se tienen que visitar para la historia, pero están llenas de secciones a las que no podremos acceder hasta tener cierta habilidad. Además, nos podemos perder de forma premeditada para conseguir coleccionables, mucho más numerosos en esta secuela.

Un paso adelante, dos atrás

El problema de esas cuestiones de diseño es que, para potenciar la exploración y el backtraking, se pierde algo de ritmo, haciendo además que el juego tenga que ser mucho más ágil. Teniendo en cuenta que hay nuevas habilidades que hacen que moverse sea mucho más divertido, eso no tiene porque ser malo. De hecho, hay secciones largas de plataformas que son auténticamente brillantes y que hacen que ir de un punto a otro sea divertido. Pero aún así, aquellos que quedaron encantados con que cada pantalla de 'Teslagrad' fuera un reto intelectual, no siempre fácil de resolver a la primera, podrían quedar algo decepcionados.

Además, es importante comentar que el número de coleccionables de 'Teslagrad 2' se ha ampliado enormemente. Y eso puede ser bueno, ya que la duración global del juego si lo queremos descubrir todo es mayor. Pero también es un arma de doble filo. Básicamente, eso hace que si nos centramos en la parte lineal, porque es lo que nos gusta o porque queremos ir al grano, entonces pasa todo lo contrario: el juego es mucho más corto que el original. En otras palabras: hay menos secciones que presenten retos nuevos y enfocados al intelecto y a la habilidad.

A lo 'Rayman Origins/Legends'

Asimismo, mientras en el juego original los coleccionables eran muy preciados y contaban cosas muy importantes del argumento, en la secuela son algo más intrascendentes e impersonales, haciendo que la recompensa de encontrarlos no valga tanto la pena. Dicho esto, a favor de 'Teslagrad 2' os diré que esconde algunos secretos muy chulos. Por ejemplo, jefes de excelente calidad que os perderéis si solo rascáis en la superficie.

En cualquier caso, no en todo sale perdiendo 'Teslagrad 2' si entra en una comparación directa con el original. Y es que, los que sean más amantes de las plataformas que de los puzles, probablemente encontrarán en la secuela su auténtico 'Teslagrad'. Mantendrán las señas de identidad de la IP, con esos poderes electromagnéticos que guían la jugabilidad, pero disfrutarán de un juego de plataformas ágil, vistoso y muy pero que muy divertido. De hecho, en más de una y dos ocasiones, 'Teslagrad 2' nos ha recordado a 'Rayman Origins' o a 'Rayman Legends'. Y lo ha hecho tanto visualmente, con un estilo dibujado a mano muy parecido y unas animaciones deliciosas, como a nivel jugable.

A la velocidad de la luz

En definitiva, es fácil trazar similitudes en los controles de ambos juegos. Y lo cierto es que la nueva habilidad de deslizamiento eléctrico hace que se muevan de forma parecida, produciendo una sensación de gran satisfacción a los mandos. Lo mejor de todo, es que la forma en que funciona tanto esa habilidad como otras que iremos consiguiendo (de forma paulatina, con una excelente curva de dificultad), es muy original, dándole a 'Teslagrad' en general y a 'Teslagrad 2' en particular una gran seña de identidad.

Por supuesto, todas esas habilidades estarán relacionadas con la electricidad y el magnetismo, que vuelven a ser el eje central de la torre y del mundo por el que deambularemos. Y aunque sean menos, también habrá puzles basados en auténtica física electromagnética. Solo que esta vez estarán aderezados por un nuevo giro con imanes curvos cuyos looping los podría haber firmado el mismísimo 'Sonic'. Cada habilidad es distinta y sirve para algo único, pero se complementan en esa forma "fluida" de jugar, pues permiten acelerar cada vez más al personaje mientras no dejamos de evitar obstáculos, saltar y jugar con la gravedad y la polaridad de esos colores rojo y azul que tantos quebraderos de cabeza nos dieron en el título original.

Más habilidad que intelecto

Para poner un solo ejemplo, podemos ver una plataforma elevada a la que es imposible llegar saltando, pero si el suelo tiene ese magnetismo rojo y activamos nuestro campo de energía azul, saldremos despedidos como si tuviéramos un jetpack. Al final, la intención es jugar con esa polaridad. A veces para resolver algunos rompecabezas, pero la mayoría de veces para encadenar varios saltos y movimientos para superar una zona con abismos, trampas o puntos aparentemente inaccesibles que nos llevarán a la siguiente pantalla. La verdad es que cuando logras encadenar unos cuantos movimientos a gran velocidad y con precisión, el juego te hace sentir especialmente bien.

Punto y aparte para la habilidad relacionada con un martillo que obtendremos y cuyo nombre todos habréis intuido ya. Lo podremos lanzar en plan Kratos de 'God of War' y se nota que también hay algo de inspiración de ese juego en la forma de usar el martillo para resolver puzles. Además, es ideal para atacar a distancia, aunque nuevamente los enfrentamientos no son realmente de acción. Al igual que con el juego original, la acción es es algo residual en 'Teslagrad 2', presentando muchos momentos en que es mejor huir o, simplemente, en los que atacar sirve para defenderse o despejar el camino para ese salto complicado. Por supuesto, nada tiene que ver el inicio del juego, en el que estamos completamente indefensos, con el final, donde podemos presentar más guerra.

Todavía hay margen para sorprender

Llegados a este punto, es momento de hablar de los jefes finales. Estos eran uno de los grandes alicientes del juego original. Y lo siguen siendo en la secuela. Nuevamente, son poco numerosos. Pero valen mucho la pena, ya que ofrecen momentos totalmente únicos, siguen teniendo unos patrones muy bien definidos y super divertidos y, aquí sí, ofrecen una excelente mezcla entre rompecabezas y acción. Todos y cada uno de ellos son diferentes al anterior y se resuelven con especial énfasis a una habilidad concreta, o incluso a varias hacia el final.

Es una auténtica lástima que, viendo el potencial que Rain Games tiene a la hora de convertir la acción en parte integral de la experiencia narrativa y el tema del electromagnetismo, no haya más variedad de enemigos normales. Estos son prácticamente siempre los mismos y a veces incluso entorpecen o bajan el ritmo de esas secciones rápidas. Y ese es, probablemente en general, el gran problema de 'Teslagrad 2': es irregular. Lo que hace bien lo hace muy bien, pero te cortan el rollo con una serie de elementos que quizá no se han ejecutado correctamente.

Conclusiones

No me malentendáis. Personalmente he disfrutado muchísimo de 'Teslagrad 2'. Y, sobre todo, he vibrado fuertemente con las secciones de plataformas a lo 'Rayman Origins'. Son excelentes y el diseño de niveles de esas secciones es brillante. Además, respeta esa identidad propia de la jugabilidad de 'Teslagrad', con unas físicas que el propio mundo te explica y que aportan algo de intelecto a las secciones de habilidad. Sin embargo, es justo decir que su mundo abierto es muy grande pero también muy vacío, con largas distancias a recorrer sin retos nuevos. En muchas ocasiones, no incita a la exploración.

Todo eso hace que la supuesta no linealidad sea menos marcada de lo que podrías intuir en un primer momento. Y si solo optas por hacer la historia, no solo te encuentras con un juego demasiado corto, sino que además el ritmo se ve igualmente interrumpido por secciones vacías que no aportan nada. Un poco de pausa, con intrincados rompecabezas, hubiera podido ser la solución. Por suerte, cuando los hay, aunque sean pocos, son brillantes. Sobre todo los relacionados con el hacha. En definitiva, se trata de una secuela más accesible y con puntos fuertes que no tenía el original. Tiene algunos fallos de diseño cuestionables, pero atrapa y es divertido de principio a fin. Puede que las ideas de 'Teslagrad' se hayan desgastado un poco con el paso del tiempo, pero si sientes pasión por el original, vale la pena darle una oportunidad al amor. Igual vuelven a saltar chispas.