PINCELADAS JUGABLES

Análisis de 'Nubla 2' para PS4, un lienzo de esperanza

Analizamos 'Nubla 2', una aventura gráfica de Gammera Nest en colaboración con el Área de Educación del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Por Roberto Pineda 14 de Enero 2019 | 16:00

El estudio español Gammera Nest sorprendió a todos hace prácticamente cuatro años con 'Nubla', una experiencia visual con tintes de aventura gráfica que se ambientaba en un marco inconfundible: las obras del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Desarrollado por una treintena de alumnos de ESNE (Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología de Madrid) y tras pasar por el programa PlayStation Talents —la iniciativa que apoya a los pequeños proyectos patrios—, el juego no logró trascender demasiado debido a sus carencias en, precisamente, su faceta como videojuego. En esta ocasión, el escenario es otro muy diferente y no lo decimos por los lienzos, sino por sus mecánicas y rompecabezas. Y es que ya está disponible 'Nubla 2', un nuevo viaje a través del arte que, esta vez sí, nos plantea una experiencia más completa y gratificante.

La ciudad del centro del mundo

Una terrible tormenta está destruyendo lo que euda del mundo y con él, su arte. Ante semejante acontecimiento, todas las personas se ven obligadas a emprender un viaje en busca de la Ciudad M, también conocida como la ciudad del centro del mundo. Un lugar en el que, según las leyendas, el arte podrá ser preservado para siempre. No obstante, las cosas no siempre salen como uno desea y en el citado viaje, no todos son capaces de alcanzar su ansiado destino. Bajo esta atractiva premisa entramos en juego nosotros, después de ponernos a los mandos del protagonista... y de su fiel compañero de aventuras; en 'Nubla 2' tenemos el control completo de dos personajes a la vez.

Para empezar, hay que destacar que el desarrollo del juego nos ofrece múltiples variantes a la hora de afrontar cada situación, ya que después de superar la misión inicial que nos plantea el prólogo tenemos la obligación de elegir entre cinco compañeros posibles. Los primeros compases —cuando aún no ha comenzado el viaje en sí— nos permiten experimentar con cada uno de ellos, proponiéndonos cumplir una serie de sencillos objetivos en los que tenemos la suerte de probar la habilidad exclusiva de cada personaje. Reducir nuestro tamaño para colarnos por pequeños agujeros, ascender en el aire para alcanzar estructuras elevadas, emitir ondas capaces de revelar objetos ocultos o hacernos invisibles por tiempo limitado para observar el entorno desde otra perspectiva son algunos de los poderes a los que podemos acceder, aunque una vez tomada la decisión, todos los demás quedan descartados y debemos arreglárnoslas para superar el juego con la única ayuda de nuestra elección.

La unión hace la fuerza

Enfrentarnos a un rompecabezas siempre resulta gratificante, especialmente si la manera de resolverlo nos exige sincronizar ambas manos y calcular al milímetro cada movimiento. El sistema de control del juego requiere de cierta paciencia a la hora de acostumbrarnos a él, pero una vez nos adaptamos nos vamos dando cuenta de lo ingenioso que resulta controlar a dos personajes, cada uno con un stick y sus correspondientes botones de salto e interacción o poderes. Además, no conviene olvidar que no podemos separar demasiado a nuestro compañero de su "tutor", viéndonos obligados a calcular el lugar en el que dejamos a uno de ellos para que el otro pueda alcanzar ese objeto, interructor o elemento necesario para solventar la situación. Salvando las distancias, la mecánica de movimiento recuerda ligeramente a lo visto en 'Unravel 2', el simpático plataformas desarrollado por Colwood, aunque aquí no hay un hilo que los mantenga unidos.

Esta mecánica da lugar a que los rompecabezas se vuelvan más complejos conforme progresamos, pero también tiene su Talón de Aquiles, ya que a menudo nos vemos en la obligación de relazar saltos muy ajustados y en líneas generales, los controles no son tan precisos como nos gustaría. Esto no sería un problema si no fuera por la cuestionable decisión de limitar los puntos de control al comienzo de cada nivel, algo que, teniendo en cuenta que estamos ante un título relajado que huye de la acción, acaba convirtiéndose en un proceso engorroso cada vez que fallamos un salto, perdiendo la vida y, por consiguiente, nuestro progreso realizado en el puzle en cuestión. Al final, esta decisión no deja de ofrecernos algo tan clásico como el ensayo y error, algo que incluso habría sido un acierto de contar con un sistema de control más pulido, especialmente si tenemos en cuenta que estamos ante un título con alto valor educativo y, por ende, ideal para para que los pequeños de la casa hagan sus primeros pinitos a los mandos de un videojuego.

A pesar del inconveniente ocasionado por el problemático sistema de puntos de control, hay que decir que los acertijos han sido bien diseñados —aunque casi nunca suponen un gran reto— y eso de empujar una caja para alcanzar una cornisa solo tiene lugar durante los primeros compases del juego. Y es que una vez superamos un par de niveles vamos encontrando rompecabezas más complejos, de esos que nos exigen contemplar cada detalle que nos rodea en busca de esa clave que nos permite arrancar un mecanismo con la intención de avanzar. Encontrar un charco de pintura para que nuestro protagonista empape su pincel y pueda pintar una salida, reducir el tamaño de nuestro compañero para que pueda acceder por un pequeño túnel y recoger una llave o levitar sobre un abismo con la intención de cruzar lo que parecía insalvable y extender un puente para que ambos personajes puedan continuar su camino son algunas de las acciones que a menudo debemos realizar, previa inspección de todo lo que nos ofrece cada escenario, o mejor dicho, cada lienzo.

¿Para todos los públicos?

Recomendar 'Nubla 2' no resulta fácil. Por un lado tenemos una experiencia cercana a la aventura gráfica e incluso podríamos decir que estamos ante un juego de puzles. Por otro, nos encontramos con algo tan evidente como que los seguidores más fieles de ambos géneros podrían considerar que el juego les sabe a poco, puesto que no destaca ni como aventura gráfica, ni como juego de puzles. Sin embargo, su carácter educativo y la maravilla audio-visual lo convierten en una opción fantástica para todo aquel que busque algo único en su especie. En cualquier caso, hay que destacar que el título se ha lanzado al mercado a un precio prácticamente ridículo: 12,99 euros. Por ese precio, ¿quién le dice que no a un viaje a través de las obras del Museo Thysenn?