SOULSVANIA

Análisis de 'Darksiders III' en PS4, el pecado original de Furia

La tercera entrega de las aventuras de los Jinetes del Apocalipsis consigue ponerse a la altura de las dos anteriores con título sólido, aunque necesitado de mayor tiempo de desarrollo.

Por Daniel G. Astarloa 16 de Enero 2019 | 16:00

Los Jinetes del Apocalipsis vuelven a cabalgar. Una de las sagas estrella que nació la pasada generación está de vuelta tras las súplicas de miles de fans que esperaban una conclusión para las aventuras de los personajes de Mad Madeira, famoso dibujante de comics y apasionado jugador que se estrenó en el mundillo con el peculiar 'Darksiders'. Vimos dos juegos en total antes de la caída de THQ, tras lo cual el destino de las prometidas secuelas quedó en el aire durante años... Y llamada por los gritos de agonía de muchos jugadores, Furia acudió al rescate de la gente. Aunque quizás no como muchos quisieran.

No me gusta hacer la crítica de un videojuego o película comparándola con lo que otros compañeros del sector pueden opinar, pero en el caso de 'Darksiders III' me parece inevitable. No puedo escribir estas palabras sin ver el elefante de la habitación que es las reviews que lo califican de mediocre, sin chispa y falto de inspiración. No puedo hacerlo porque tras completar la aventura con esos prejuicios presentes en todo momento soy totalmente incapaz de compartirlos. 'Darksiders III' es fantástico y merece llevar la saga adelante.

Contaminada por el pecado

La historia protagonizada por Furia nos lleva atrás en el tiempo para protagonizar un momento anterior a las dos entregas pasadas, a un momento inmediato después del prólogo del primer título. Después de haber provocado prematuramente el fin del mundo, la posición de Guerra como Jinete queda en entredicho y su hermana ve la ocasión para reclamar el puesto de líder entre sus hermanos. Todo cuanto busca con esto es la aprobación de quienes le rodean, pues es siempre juzgada como la más débil e imprevisible de los Jinetes del Apocalipsis. Su deseo se ve cumplido bajo una condición: arreglar el desastre provocado por Guerra y capturar a los siete pecados capitales encarnados, quienes ahora pueblan la Tierra y se aprovechan de su destrucción.

El argumento, por desgracia, no termina de lograr la suficiente chispa como para destacar de verdad. Existen algún par de momentos en los que pueden sorprendernos, pero el guion apenas se ve alterado por la hoja de ruta que se nos propone desde el principio: capturar los siete pecados y nada más. Sin embargo el personaje de Furia merece la pena ser colocado en una posición de estudio, pues aunque empieza como una protagonista plana y sin la mitad de carisma que el resto de sus hermanos evoluciona lo suficiente a lo largo de la historia como para que cojamos gran simpatía por ella. Es algo que no sucede con Guerra y Muerte en los juegos que ellos protagonizan, y se puede comprender por el contexto en el que Furia debe defenderse: la presión bajo la que vive, exponerse a los pecados que le atormentan cada día y aprender que quizás ella no es el elemento más importante de su mundo, como quisiera creer. Los enfrentamientos con Lujuria y el jefe final son especialmente interesantes en ese sentido, pues exponen la auténtica esencia de la que quizás sea la más humana de los Jinetes, a falta de conocer aún en profundidad a Lucha.

Furia contra el mundo

Esta evolución de la que hablamos se une con la construcción del universo de 'Darksiders', el cual ha apostado en esta ocasión por un acercamiento más seguro y menos revelador que en su entrega previa. El viaje de Muerte nos hablaba del origen de los Jinetes, los reinos más allá de la Tierra, las razas y el ansia por el equilibrio; tenía sus propios problemas, pero el segundo juego de la saga no tenía reparos en expandir el interesante universo en el que estaba construido. 'Darksiders III' no se atreve a seguir adelante con este planteamiento y nos presenta la Tierra tras su devastación de forma inmediata, algo temerosa de trastocar demasiadas concepciones sobre el lore de la franquicia. Como mucho tiene el valor de tocar la presencia de los humanos, quienes hasta el momento se encontraban en un segundo plano pese a mencionarse siempre su importancia, pero es un elemento algo desaprovechado de cara al resultado final del juego. Furia podría tener un mayor número de interacciones con estas criaturas, comprender sus motivaciones y acercarse a ellas poco a poco. En su lugar, la evolución que hace sobre su forma de pensar sobre ellos es automático y no les implica en gran medida. Es una oportunidad perdida.

La falta de expansión del mundo de 'Darksiders' no sólo se da en el argumento o los conceptos presentados, sino en el diseño del propio mundo en sí. Estamos en una Tierra mucho más humana de lo que Guerra vio en la primera entrega, y por tanto visitamos toda clase de lugares que se adaptan a la progresión de Furia sin modificarse en gran medida. Catacumbas, museos, muelles de carga... La caída de la humanidad está muy presente en estos lugares, ya no es algo lejano y con un aura de fantasía como en la primera entrega.

Disfruta de la guerra

Más allá de lo que el propio universo construye tenemos el sistema de combate del juego, el elemento central de la aventura. Este hack 'n slash combinando elementos de exploración toma la inspiración directa del género soulslike, con la necesidad de objetos de curación en los momentos correctos para no perder frente enormes jefes finales y la pérdida de nuestras almas recolectadas en caso de caer en combate. Sobre el papel suena a una copia descarada de otros títulos en esta categoría, pero 'Darksiders III' combina muy bien esta serie de elementos y nos recuerda que la gracia de los combates se encuentra en la agilidad, las esquivas precisas y el uso de todo nuestro repertorio de armas secundarias para diferentes situaciones.

Y eso refuerza el sistema de combate de forma impresionante. Enfrentarse a los enemigos con esa velocidad aprendiendo de sus movimientos, eliminándolos con maestría y cancelando nuestros propios combos en el modo de lucha Clásico hace todo un deleite estas peleas que sirven a la par como espectáculo visual fascinante. Los jefes son especialmente intensos de luchar en batallas llenas de adrenalina que sacan lo mejor de nosotros, y cada uno de los niveles que aumentemos a Furia se siente de verdad en los golpes que repartamos como una gran mejora. El hecho de que no podamos defendernos nos pone además en tensión en todo momento y nos obliga a estar preparados para, en cualquier momento, atacar con destreza y castigar los fallos de nuestros oponentes. Es un sistema magnífico que combina muy bien ambos estilos de juego.

Aunque no es perfecto, y no por problemas de diseño: existe un detalle que puede perjudicar gravemente la experiencia de juego, y ese es el framerate. El rendimiento del título en consolas menos potentes se ve afectado en pérdidas de frames que pueden resultar clave para esquivar con precisión a nuestros enemigos, especialmente en la Grieta, la última zona del juego. En una PS4 estándar se trata de algo que se sufre de forma muy intensa, aunque el último parche del juego arregla en gran medida estos problemas. Lo ideal para poder disfrutar del juego sería hacerlo en las versiones más potentes de PS4 Pro, Xbox One X o un PC con gran capacidad de rendimiento.

Conclusiones

'Darksiders III' es fantástico. Tiene sus fallos especialmente en el lado técnico, donde quizás con algo más de tiempo de desarrollo se podría haber conseguido un producto mucho más sólido y que hubiese tenido una recepción más positiva en el mercado, pero pese a ello sigue siendo un juego más que disfrutable y que está a la altura de sus hermanos. No dejéis que la mala prensa que ha recibido os engañe, merece la pena darle una oportunidad. Es una auténtica gozada entregarse así a Furia y desatar el caos.