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Crítica 'La Bella y la Bestia': el renacer de un clásico

CINE

Crítica 'La Bella y la Bestia': el renacer de un clásico

Por Maribel Baena

El 20 de Marzo 2017 | 18:03

El clásico de Disney renace con más fuerza que nunca, haciéndonos regresar a nuestra infancia.

Suena la canción y, poco a poco, la magia del clásico va llegando a los espectadores. Como si nunca hubiéramos crecido, Bella saluda a su pequeña aldea de nuevo; el panadero continúa vendiendo el mismo pan, y ella no deja de leer el mismo libro una y otra vez. "Oh, es un gran romance, el apuesto príncipe llegó..." y, presa de un encantamiento, ella no descubre quién es él hasta el final. Anticipándose, así, a la historia que ella está a punto de vivir.

La Bella y la Bestia

Disney recupera la magia de un clásico, haciéndolo renacer, como si el tiempo nunca hubiera pasado. De repente, el espectador vuelve a tener seis años, y vuelve a creer en los cuentos de hadas. Todo es posible durante las dos horas de película, mientras que Emma Watson y Dan Stevens dan vida a Bella y a Bestia, respectivamente. Las canciones que una vez cantamos regresan con nosotros, llevándonos a ese mundo mágico de Disney donde todo es posible si se cierran los ojos con la suficiente fuerza y se cree en las hadas.

'La Bella y la Bestia' ha sido todo un éxito en taquilla, y con razón. Ya sabíamos que iba a obtener buenos resultados, puesto que la repercusión que se le había dado a la película era demasiado fuerte como para que esta no triunfara; no obstante, el resultado ha sido incluso mayor. La película se ha coronado como el estreno más exitoso de marzo de todos los tiempos. Pero... ¿Es para tanto? Si queréis mi más sincera opinión: sí. Es para tanto, y para mucho más.

Una película para los niños que un día fuimos

Lo mejor de 'La Bella y la Bestia' es que, pese a algunos cambios bastante interesantes en la trama (y de los que luego hablaremos), mantiene la esencia del clásico que un día nos hizo emocionarnos, vibrar y llorar de emoción. Bella continúa siendo una aldeana rechazada por su entorno, demasiado interesada en los libros como para centrarse en un hombre. Una mujer que reivindica su independencia, sus ganas de vivir aventuras más allá de una aldea que acabaría dejándola atrapada si optara por casarse.

La historia es la que ya conocemos, la que ya hemos vivido una y otra vez. Bella se entrega a la Bestia por salvar a su padre, y los sirvientes del castillo ven esto como una excelente oportunidad para que Bella y Bestia se enamoren y, de esta forma, romper la maldición con la que llevan cargando años. Pero Bestia no lo tiene tan claro; admite su error, sabe que se equivocó, y que eso le ha convertido en un monstruo horrible. No obstante, parece que no ha terminado de hacer auto-crítica. ¿No le dijeron que dejara de juzgar a la gente por su aspecto exterior? ¿Por qué no hace más que juzgarse a sí mismo? Poco ha aprendido el príncipe durante todo este tiempo si necesita que alguien le recuerde que continúa siendo valioso, independientemente de lo mucho que haya cambiado su físico. No, no eres guapo, pero sí eres válido. Y eso es más que suficiente.

La Bella y la Bestia

Mas Bella no es tan superficial como el príncipe, y es capaz de ver en él mucho más de lo que él tiene para mostrar. Ve esa faceta suya que le regala todos los libros, que quiere que se forme, aprenda y madure. Que le da la llave de su crecimiento personal. Ve a ese hombre que se enfrenta a los lobos por salvarla, que se enamora de ella y, por eso mismo, la quiere libre. Y la deja ir, pese a que él cree con todas sus fuerzas que Bella jamás volverá a sus brazos.

Todos conocemos el final del cuento: el amor verdadero todo lo puede, y en este caso no iba a ser menos. Un pequeño 'spoiler' sobre las últimas escenas: son tan increíblemente bonitas como las de la película de animación. La transformación de Bestia a príncipe está tan conseguida que, por un momento, es como volver a estar viendo el clásico. En definitiva: es una película que está hecha para que todos aquellos que crecimos con Lumiere y Chip recobremos la ilusión.

El elenco, una gran elección

Un diez para la interpretación de Emma Watson, capaz de aportar a Bella ese toque de fortaleza que a la del clásico podría haberle faltado. Y otro diez, aún más grande, para Dan Stevens y su forma de darle vida a Bestia. Una Bestia que guarda ciertos parecidos con la del clásico, pero que también la supera con creces; porque es una Bestia mucho más humana, más arrepentida de todo lo que le ha llevado a convertirse en un monstruo. Definitivamente: un gran trabajo por parte de Stevens. Y la combinación, la química que existe entre ambos actores, también pareciera cosa de magia.

La Bella y la Bestia

Pero si tenemos que hablar de actores que han hecho un trabajo memorable en esta película, he de admitir que la mayor sorpresa para mí ha sido Josh Gad, es decir, Lefou. El regordete Lefou, uno de los puntos fuertes de 'La Bella y la Bestia' gracias a su simpatía, a su desparpajo. Si estáis dudando si verla o no, creedme que merece la pena solo por ver este nuevo Lefou; que se parece al clásico, sí, pero tiene mucho más que dar. No solo como compañero de Gastón (Luke Evans), sino también como personaje individual. Quizás es gracias a Josh Gad que Lefou ha cobrado más protagonismo en esta versión de la película. Y es que, de verdad, lo merece.

Por otro lado, Gastón está un poco más loco y es un poco menos malvado. Porque sí, continúa siendo el villano de la película, pero esta vez es como si sus actos estuvieran un poco más descontrolados por algún tipo de trauma tras haber luchado en la guerra. Se supone que, al ser el villano, Gastón debería despertar sentimientos negativos en el espectador; pero no es así. Con esta nueva versión de 'La Bella y la Bestia' casi es fácil cogerle cariño a Gastón. Casi. Pero no del todo. Porque continúa siendo la representación de todos los aspectos tóxicos y negativos de un hombre machista.

La mejor ambientación posible

Si hay algo que realmente merezca la pena de esta película (además de una preciosa banda sonora que os sorprenderá) es la ambientación. Los paisajes, los vestidos, los decorados... Todo está perfectamente estudiado y preparado para acabar haciéndote sentir como si estuvieras dentro de un cuento de hadas.

La aldea está preparada al detalle, no solo a nivel estético. Todo encaja en el contexto histórico en el que está basado 'La Bella y la Bestia'. Por ejemplo: cuando están entrando los niños a la escuela, solo son, en efecto, niños. No hay ni una niña. Porque a ellas no las enseñan a leer (y por eso Bella es castigada en un momento de la película), porque, en ese momento, el papel de la mujer es el de ama de casa. Ellas solo deben preocuparse por realizar las tareas domésticas. Pero ahí está Bella, rompiendo todos los cánones. Por supuesto que Bella no termina de ser una mujer independiente si tenemos en cuenta el concepto de independiente de este siglo, pero sí que lo es dentro de su contexto histórico. Una mujer que quiere leer, que quiere vivir, que quiere visitar lugares lejanos, y que no quiere ser 'Madame Gastón'.

Pero cuando abandonamos la aldea y llegamos, por fin, al castillo y sus alrededores, la ambientación mejora aún más. Es impresionante ver ese castillo en la vida real, recorrer sus pasillos, visitar su biblioteca, comer en sus aposentos. Es casi como una visita al castillo de nuestros sueños... O sin el casi.

De nuevo, una mención especial a esa banda sonora. Las canciones cambian ligeramente respecto a las originales, pero la variación es tan pequeña que ni siquiera llegaréis a notarla. Eso sí: hay canciones nuevas. No diré en qué momentos aparecen, o a quién van dedicadas, puesto que eso es algo que deberéis descubrir por vosotros mismos. Porque merece la pena hacerlo; porque es una de estas bandas sonoras que escucharías una y otra vez. Es una versión ligeramente más madura que la del clásico de Disney, porque esta es una película pensada para los adultos que un día fueron niños y disfrutaron de la película original.

Pequeños detalles que aportan grandeza

Sí, 'La Bella y la Bestia' es un remake de una película que ya conocemos y que, en algunas ocasiones, hemos visto más de cien veces. Pero esta vez nos aporta datos que en otros momentos nos faltaron, que se quedaron por ahí, perdidos. Por ejemplo... ¿Sabéis qué fue de la madre de Bella? ¿No?

Seguramente haya otra pregunta que os hayáis hecho una y mil veces. ¿Bestia no tenía padres? ¿No había nadie con él, nadie que le dijera que esa forma de actuar no era correcta? ¿Por qué sus sirvientes le consentían tanto (aparte de por el hecho más que obvio de ser sirvientes, claro)? Todas estas preguntas tienen respuesta en la película, que versiona el clásico y ahonda un poco más. Además, se habla de la vida de Gastón, de lo que estuvo haciendo antes de regresar a la aldea, así como de las excentricidades de Maurice, el padre de Bella.

Poco más que decir sin destripar ninguna parte importante de la película. Si sois fanáticos de Disney, si habéis disfrutado viendo la versión clásica de 'La Bella y la Bestia', esta película va a ser para vosotros como una brisa de aire fresco. Eso sí, hay un aspecto negativo de todo esto: sucederá lo mismo que con Frozen o con los Minions, y acabaréis teniendo la película hasta en la sopa. Pero bueno, armaros de paciencia y dadle una oportunidad, porque es una película de sobresaliente. Bill Condon ha hecho, esta vez, un excelente trabajo, pese a todas las dudas que pudiéramos tener. Es bonito recordar que, pese a que ahora somos adultos, hubo un día en el que nosotros también fuimos niños.

9,5

Lo mejor:

- Actores.

- Banda sonora.

- Ambientación.

- Adaptación del clásico.

Lo peor:

- Demasiado movimiento por las redes sociales.

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