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Análisis 'Tekken 7' para PS4

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Análisis 'Tekken 7' para PS4

Por Jesús Agudo

El 4 de Junio 2017 | 22:51

Tras una larga andadura en los recreativo japoneses, 'Tekken 7' aterriza en el mercado doméstico occidental con una versión a la altura.

Las droguerías y supermercados ya están en alerta roja: los Mishima (y sus puntiagudos peinados) están de vuelta. Aunque se ha hecho de rogar (lleva disponible en Arcade en Japón desde 2015), 'Tekken 7' por fin hace su aparición en consolas y PC, cinco años después de 'Tekken Tag Tournament 2'. Bandai Namco lo ha anunciado a bombo y platillo como el gran final de la dinastía Mishima. Tenemos, pues, una nueva cita con el Torneo del Puño de Hierro, y quizás con el precipicio.

Tekken 7

Todo el que conozca ya la veterana saga de lucha se encontrará con una propuesta muy similar a las entregas anteriores. El primer elemento que nos encontramos es la historia principal, dividida en dos modos. Por un lado tenemos lo que sería la historia principal, contada a través de la investigación de un periodista que quiere descubrir cómo la pelea de la familia Mishima-Kazama acabó sumiendo al mundo en una guerra. Se trata prácticamente de una película interactiva, mezcla de dibujos semi-estáticos y cinemáticas, en las que de vez en cuando nos toca pelear. No se trata de una "película" muy larga, aunque a veces la espera para coger el mando es exasperante, pero sí llega a ser en algún momento bastante épica. Aprovecha, además, para presentarnos algunos personajes nuevos y justificar la aparición de Akuma, venido de la saga 'Street Fighter' (aunque no desentona para nada con los demás). Compensa las tradicionales historias individuales de cada personaje, reducidas esta vez a una introducción en texto, una pelea y una cinemática que, eso sí, mantiene ese humor absurdo tan 'Tekken'.

Modos de juego y opciones

Pero aquí hemos venido a pelear. Y 'Tekken 7' nos permite hacerlo tanto con un par de mandos como en combates online. En Internet tenemos la posibilidad de jugar versus, unirnos a lobbys o a campeonatos. Antes de que saliera a la venta de forma oficial, el servicio era lo suficientemente fluido como para que no me encontrara muchos problemas molestos, pero al parecer en sus primeras horas disponible a nivel general hay quienes están notando algunas molestas ralentizaciones, en mi caso mucho menos frecuentes que un combate normal. En el modo offline, además de combates uno contra uno, contamos con el modo Arcade, entrenamiento y combates por tesoro. Estos últimos, que serían los más específicos de la edición, nos permiten ganar dinero del juego con el que podremos personalizar a los luchadores y comprar diferentes extras, como por ejemplo los videos de todos los juegos de la saga.

Tekken 7

La personalización alcanza cotas no vistas en otras entregas de la saga. Casi como de un 'Sims' se tratase, podremos cambiar a todos de pelo, vestimenta, accesorios... incluso la miniatura del retrato. Muchos cuentan, además, con atuendos propios a los que uno puede cambiar de color como guste. Desde looks serios a llevar una pizza gigante en la espalda, 'Tekken' sigue dejando que se note que, con cada entrega, sube un peldaño y busca formas de justificar los años que pasan entre una y otra, más allá del salto técnico, y oye, si ya era divertido pulsar distintos botones para descubrir atuendos alternativos, ahora poder customizarlos a nuestro gusto es un gran paso adelante.

Hablando de la técnica, Bandai Namco nos deleita con un juego que aprovecha realmente bien el Unreal Engine y nos brinda unos personajes más vivos que nunca, con animaciones fluidas que mantienen los gestos típicos de la saga, pero que dejan patente la evolución. Las peleas lucen de lo más espectaculares, y eso que, por ejemplo, los escenarios son en su mayoría bastante poco llamativos (y siguen "destruyéndose" de forma muy tosca). Pero los efectos de luces, la fluidez de las telas y el pelo de los protagonistas, y nuevos efectos venidos directamente del cine, como un tenso tiempo bala cuando es necesaria la "photo finish", o los travellings cuando el golpe es muy espectacular, hacen que cada pelea se disfrute como nunca.

Tekken 7

Nuevo ritmo

La mayor novedad jugable de esta entrega viene de la mano de los Rage Arts y Rage Drives. Cuando la barra de salud baja a niveles preocupantes, el personaje empieza a brillar con un halo rojo, y pulsando R1 despertamos su ira con un "movimiento definitivo" con muchas florituras. Lejos de lo que pudiera parecer, se integra perfectamente con la forma de juego tradicional, y da un plus de efecto sorpresa al combate (además de resultar tremendamente frustrante cuando se activa y no se llega ni a rozar al contrario). Hay personajes, como Akuma, que también tienen su propia barra para ciertos movimientos especiales, pero su inclusión es bastante anecdótica.

Cuando empezamos con 'Tekken 7', tenemos disponibles a 38 personajes, siendo diez de ellos nuevas incorporaciones a caras conocidas como Nina, Paul o King. Destaca Kazumi como la pieza que nos faltaba en la historia de Heihachi y Kazuya. Ella es la madre de Kazuya, y la que introdujo en los Mishima el gen demoníaco. Consigue mantener el listón con su transformación y la ayuda de su tigre mascota. También sospecho que la otaku Lucky Chloe y Master Raven, sucesora de Raven, van a calar hondo en los fans de la saga. Cada uno de los luchadores viene con su estilo de lucha propio, con sus puntos débiles y fuertes y facilidad de aprendizaje variable. De diseño, como ya he comentado, no se les puede sacar ningún pero. Respecto a los movimientos, cada uno cuenta, como siempre, con un número de comandos imposible de aprender, algunos de ellos alcanzando las doscientas combinaciones. Pero si hubo una vez en la que 'Tekken' fue considerado un "machacabotones", en esta ocasión he tenido la sensación de que la curva de aprendizaje es mucho más pronunciada, y que los que no estén familiarizados con la forma de jugar de la saga o que pretendan ganar dando sin más a todos los botones del mando, se van a encontrar con que perderán ante una CPU que no esté en modo fácil, ya no hablemos de contra un jugador mínimamente más conocedor de la saga. Si ya ni funcionan las infinitas cruces de capoeira de Eddie Gordo para "trollear" un poco a nuestro adversario, es que algo ha cambiado en la historia de 'Tekken'.

Tekken 7

Pero lo que no ha cambiado es la desbordante personalidad que siempre ha tenido esta longeva saga. Juegos de lucha hay muchos, y franquicias de largo recorrido, con personajes legendarios, también. Pero la gran baza de 'Tekken' es que, sin innovar excesivamente de una entrega a otra, se hace imprescindible para los veteranos, sobre todo por el cariño que le tenemos a cada uno de sus protagonistas. No solo que cuenta con formas de luchar a cada cual más variada (y loca), sino que sus mini historias, o el potente "feud" de Heihachi, Kazuya y Jin, son una gasolina de suma potencia. Dominar a un personaje es una ardua tarea (y en ese sentido, se echa de menos un sistema de entrenamiento más intuitivo, más allá de sacar la lista de comandos y probar), pero pocos juegos de lucha he visto en los que merezca tanto la pena saltar de un luchador a otro y descubrir de lo que son capaces. Yoshimitsu, Panda o Xiaoyu han conseguido crear un vínculo con el jugador que es difícil de encontrar en otros títulos del género, y son lo que hacen que, al final, uno se pase picándose horas y horas con un amigo (y aquí sigue ganando el cara a cara en el salón que el modo online).

Tekken 7

Conclusión

Al final, 'Tekken 7' consigue acertar en casi todo lo que se ha propuesto. Aunque algunos tiempos de carga sean un poco exasperantes (y eso que no son ni por asomo de lo peor de estas generaciones), aunque la realidad virtual sea algo totalmente anecdótico (sin duda, no justifica la compra de un PlayStation VR), esta saga sigue rezumando poder. Y hay que agradecer que, por mucho que vaya a haber añadidos de contenido futuros, nos encontremos con un juego con tantas posibilidades ya desde el principio, sobre todo de personalización. Esta séptima entrega es una más que digna continuación del legado de los Mishima, que sigue siendo uno de los más épicos dentro del mundo de las peleas de píxeles. Mientras la esencia siga ahí, el Torneo del Puño de Hierro seguirá siendo la cita ineludible para los amantes de unas buenas patadas y puñetazos. Si, además, luce tan bien como esta, y se sabe dar justas novedades para que los más fieles a 'Tekken' sigan encontrando razones para volver, es un "Perfect" en toda regla.

8,5

Lo mejor:

- Que siga siendo el juego de lucha con más personalidad. El número de personajes y lo diferentes que son. Los nuevos movimientos Rage y ciertos recursos cinematográficos hacen las peleas más emocionantes. No se olvidan del legado de la saga, lo veneran. Menor sensación de "machacabotones".

Lo peor:

- Cuesta mucho más dominar a los personajes. El modo historia de cada protagonista individual es demasiado poco brillante. Se echa de menos algún modo especial o "tontaco" como los bolos.

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